Entre todos los mundos que existen hay uno al que jamás nadie se acercado por voluntad propia, este mundo es conocido como Datrebil. Dicen que era habitado por una enorme y feroz criatura que capturaba a los seres más pequeños e inocentes, y los obligaba a trabajar día y noche sin cesar. Este horrible monstruo era conocido como Toro Pintado. Nadie tenía idea de cómo había llegado a Datrebil, pero sí sabían por qué permanecía allí.
Los niños debían levantarse muy temprano y trabajar por muchas horas sin tomar descanso. Permanecían largo tiempo sin comer y la mayoría trabajaba cerca de una tenebrosa montaña. Allí se encargaban de extraer las rocas más grandes y deformes, ¿para qué? Eso nadie lo sabía. Otros debían subir y bajar constantemente de la montaña para traer las mejores piedras, al igual que los demás no entendían por qué lo hacían.
Carmela llegó de forma inesperada a Libertad el mundo más próximo a Datrebil. Descubrió cosas interesantes y bonitas. Las calles estaban llenas de árboles con frutos y rosas, el sol brillaba intensamente, el cielo reflejaba muchos colores; azul, rosado, naranjado e incluso rojo. Si caminaba hacía las llanuras se encontraba con pequeños riachuelos, casi siempre debajo de un puente en los que colgaba un letrero que decía: “La paz comienza con una sonrisa”.
En este mundo se respiraba tanta armonía que quién iba a creer que fuera real. Carmela conoció a muchas personas agradables, pero sobre todo a muchos niños. Se hizo muy amiga de Jefer, un niño de 10 años con unos ojos tan brillantes como el sol y un rostro tierno que invitaba a sonreír. Tanto a Carmela como a Jefer le gustaba ir a los ríos y jugar con los peces. Estando en Río Amarillo se dieron cuenta de que había una niña buscando algo con gran desesperación.
Qué es lo que buscas? -preguntaron los dos al unísono A mi hermano menor, se llama Urbano -respondió la pequeña- “es que ayer estuvimos aquí jugando con unos amigos, yo me distraje un poco y él se alejó, cuando volví no lo encontré por ningún lado. ¿Y les dijiste a tus padres? -preguntó Carmela- Claro, ahora están muy tristes, porque creen que tal vez llegó a la frontera de Datrebil y que Toro Pintado lo capturó.
Carmela había escuchado muchas historias sobre Toro Pintado y el oscuro mundo de Datrebil. Sintió un gran miedo al pensar en él, sin embargo, se atrevió a decir –Iremos al rescate de tu hermano- Los tres pequeños valientes estuvieron de acuerdo y emprendieron su travesía.
Fueron muy sigilosos al llegar a Datrebil, porque debían evitar por todos los medios que Toro Pintado notara su presencia, de lo contrario los haría prisioneros y ya no habría forma de rescatar a Urbano. Cuando llegaron observaron que todo a su alrededor era extrañamente distinto a lo que había en Libertad. Era como si todo estuviera patas arriba.
Lo que más les impresionó es que era de noche, pero no había Luna, en lo alto se vislumbraba el Sol, oscuro y sombrío sin nada de esplendor.
Tuvieron que cruzar un puente antes de llegar a un refugio que divisaron desde lejos y se dieron cuenta de que sobre el puente había un río que parecía estar en el aire, entre sus aguas tenebrosas y revueltas se leía: “Asirnos anu noc azneimoc zap al”.
Ninguno de los chicos entendió lo que esto quería decir, así que continuaron camino al refugio. Decidieron descansar y esperar que saliera la Luna para ver el nuevo día e ir a La Y, el lugar donde Toro Pintado vivía con todos sus prisioneros. Al amanecer salieron muy temprano continuaron viendo cosas muy extrañas, pero ya no se detuvieron mas.
¿Al llegar a La Y se separaron, cada uno tenía una misión diferente. Jefer distraería a los guardianes con un acto de magia que le había enseñado su abuelo, Erika tendría que buscar por todo el lugar a Urbano y Carmela se enfrentaría cara a cara con Toro Pintado, ella conocía prácticamente toda su historia. Viajar a través de tantos mundos le había dado infinidad de conocimientos.
Así fue, cada uno metiéndose en su misión, cuando Carmela se encontró a Toro Pintado se acercó a éste por detrás como queriéndolo sorprender, pero Toro Pintado se dio la vuelta rápidamente y la sorprendida fue ella. ¿Crees que no se que vendrías?, te estaba esperando. La niña no supo que hacer ni que decir en ese momento. Simplemente respiró profundo y dijo; No vine a hacerte una visita, quiero que dejes libres a todos los niños que tienes aquí. Ellos merecen algo mejor y aunque te sorprenda tú también. .
¿Qué dices niña? Yo no quiero nada mejor, así estoy bien. Carmela replicó diciendo: “No te creo, conozco tu historia, se de dónde vienes Lo que sucede es que tú te has olvidado de ti mismo, quizás porque no tuviste a nadie que te dijera lo bueno e importante que eras”.
No juegues conmigo, lo que dices no tiene sentido. ¡Ah no! –Respondió Carmela- y entonces ¿por qué me esperabas?... Lo hacías por que en el fondo crees que yo y todos los que estamos aquí te podemos ayudar a ser libre, nuevamente. Toro Pintado permaneció callado escuchando lo que Carmela tenía que decirle. De este modo Carmela comenzó a hablarle de cómo era él antes de llegar allí, le contó sobre sus padres, sus amigos y sobre lo que le gustaba hacer.
Poco a poco la feroz criatura fue trayendo a su mente los recuerdos de su feliz, pero olvida infancia. Recordó que una de las cosas que más le gustaba hacer era dibujar. Durante su niñez había participado en innumerables concursos ganando todo tipo de premios. Premios que sin saber porque aun conservaba. La ferocidad de su rostro fue desapareciendo y sin darse cuenta las fuertes barreras que rodeaban La Y, y que evitaban la huída de los pequeños cautivos se desplomaron ante los ojos atónitos de todos.
Toro Pintado corrió hasta llegar a donde estaban los niños, éstos se asustaron al verlo, sin embargo, él aclaró que ya nunca más les haría daño. Entendió que así como el fue feliz gracias a sus padres y amigos, y tuvo la oportunidad de vivir en libertad, todos los seres del mundo merecían lo mismo. Así fue como Toro Pintado proclamó con la ayuda de todos los niños tres derechos que serían fundamentales para la humanidad. El primero de ellos fue; Derecho a ser libres, segundo; Derecho a vivir en paz y tercero; Derecho a no ser explotados en el trabajo.
¡Bienvenidas y bienvenidos a este blog, su blog! Aquí encontrarán gran parte del material utilizado en la unidad curricular: Didáctica del Lenguaje. En algunos casos la información estará directamente en el blog en otros les facilitaré los links para que puedan acceder a las páginas que contienen documentos importantes e interesantes. Espero revisen el blog continuamente e incluso hagan comentarios, preguntas y sugerencias para enriquecerlo aun más.
miércoles, 9 de junio de 2010
Tercer mundo: El mundo Sin Nombre
El mundo Sin Nombre era un lugar bastante triste y sombrío, incluso las personas que vivían en él tenían algo particular, su color de piel era gris. Cuando Carmela llegó allí le pareció divertido ver personas de este color y quiso conocerlos mejor, entonces se acercó a un grupo de niños reunidos en medio de la nada hablando de nada.
Cuando estuvo con ellos lo primero que hizo fue presentarse y preguntar los nombres de cada uno, pero no obtuvo respuesta. Los niños se vieron entre si y se mostraron muy desconcertados al no saber que decir. Carmela insistió en preguntarles sus nombres pero no dijeron nada. Luego de unos minutos uno de los chicos dijo: Nosotros no tenemos nombre, nada de lo que hay aquí lo tiene.
Esta respuesta la sorprendió, no podía comprender cómo las personas allí no tenían un nombre. Entonces, cómo se dirigían unos a otros, cómo se comunicaban. Tenían pocas cosas de que hablar, peor aun, cuando era necesario hablar con alguien, cómo le decían, de qué hablarían.
Al hacerles estas preguntas los niños se miraron unos a otros y se quedaron pensativos, preguntaron a Carmela su nombre y les pareció bonito y necesario que cada tuviera algo propio; un nombre. Así que uno de ellos le pidió a la niña que le diera uno, ella lo hizo, ¡te llamarás Marcos! Este nombre le gustó mucho al niño, de inmediato Carmela empezó a proponer nombres para cada quien y uno a uno fue decidiendo cuál sería el suyo.
Los pequeños se sintieron tan felices, no sólo por sus maravillosos nombres, sino porque a partir de ese momento decidieron que todo niño tendría Derecho a tener un nombre y un lugar de origen, y desde ahora el mundo Sin Nombre se llamaría Los Mil y un Nombres.
Cuando estuvo con ellos lo primero que hizo fue presentarse y preguntar los nombres de cada uno, pero no obtuvo respuesta. Los niños se vieron entre si y se mostraron muy desconcertados al no saber que decir. Carmela insistió en preguntarles sus nombres pero no dijeron nada. Luego de unos minutos uno de los chicos dijo: Nosotros no tenemos nombre, nada de lo que hay aquí lo tiene.
Esta respuesta la sorprendió, no podía comprender cómo las personas allí no tenían un nombre. Entonces, cómo se dirigían unos a otros, cómo se comunicaban. Tenían pocas cosas de que hablar, peor aun, cuando era necesario hablar con alguien, cómo le decían, de qué hablarían.
Al hacerles estas preguntas los niños se miraron unos a otros y se quedaron pensativos, preguntaron a Carmela su nombre y les pareció bonito y necesario que cada tuviera algo propio; un nombre. Así que uno de ellos le pidió a la niña que le diera uno, ella lo hizo, ¡te llamarás Marcos! Este nombre le gustó mucho al niño, de inmediato Carmela empezó a proponer nombres para cada quien y uno a uno fue decidiendo cuál sería el suyo.
Los pequeños se sintieron tan felices, no sólo por sus maravillosos nombres, sino porque a partir de ese momento decidieron que todo niño tendría Derecho a tener un nombre y un lugar de origen, y desde ahora el mundo Sin Nombre se llamaría Los Mil y un Nombres.
Segundo mundo: Guasdua, la protección
Pasó mucho tiempo para que Carmela volviera a sentir deseos de viajar a otro mundo. Pero, como le gustaban las aventuras decidió tomar sus cosas de dormir (almohada, perrito y cobija) e irse a descansar para trasladarse en un profundo sueño a otro mágico lugar.
Rápidamente llegó a Guasdua, aquí encontró al igual que en Alun personas con características muy distintas, unos más grandes y otros más pequeños. Sin embargo, grandes y chicos actuaban de la misma manera, como adultos. Aunque parecían estar bien Carmela notó que sus miradas estaban algo perdidas en las llanuras de Palmarito, inconscientemente buscaban algo que los llevara a recuperar su niñez.
Carmela estuvo días pensando qué podía ser aquello que habían perdido y que no lograban recuperar. Para encontrar respuestas los observó con mucha frecuencia y habló con ellos de sus vidas, sus sueños, sus deseos.
Pasaron días y días hablando, Carmela les contaba de su vida, de cómo sus padres la cuidaban, de lo mucho que la querían y de todas las cosas buenas que tenía por ser una niña.
Carmela muy inteligentemente les explicó: Cada uno de ustedes tiene algo que sólo puede ser descubierto si comienzan a preocuparse los unos por los otros, a proteger y cuidar a los más pequeños. ¿Qué es lo que descubriremos? -preguntó Aglo- Que nada es tan valioso en este y todos los mundos como el amor, porque de el surgen todas las cosas buenas y maravillosas que poseemos.
Es así como Carmela se llevó una nueva idea para su mundo, ella deseaba que todos los niños y niñas estuvieran bien, de modo que escribió “todo niño tiene derecho a la protección”. Ahora lo demás dependía de los grandes.
Rápidamente llegó a Guasdua, aquí encontró al igual que en Alun personas con características muy distintas, unos más grandes y otros más pequeños. Sin embargo, grandes y chicos actuaban de la misma manera, como adultos. Aunque parecían estar bien Carmela notó que sus miradas estaban algo perdidas en las llanuras de Palmarito, inconscientemente buscaban algo que los llevara a recuperar su niñez.
Carmela estuvo días pensando qué podía ser aquello que habían perdido y que no lograban recuperar. Para encontrar respuestas los observó con mucha frecuencia y habló con ellos de sus vidas, sus sueños, sus deseos.
Pasaron días y días hablando, Carmela les contaba de su vida, de cómo sus padres la cuidaban, de lo mucho que la querían y de todas las cosas buenas que tenía por ser una niña.
Carmela muy inteligentemente les explicó: Cada uno de ustedes tiene algo que sólo puede ser descubierto si comienzan a preocuparse los unos por los otros, a proteger y cuidar a los más pequeños. ¿Qué es lo que descubriremos? -preguntó Aglo- Que nada es tan valioso en este y todos los mundos como el amor, porque de el surgen todas las cosas buenas y maravillosas que poseemos.
Es así como Carmela se llevó una nueva idea para su mundo, ella deseaba que todos los niños y niñas estuvieran bien, de modo que escribió “todo niño tiene derecho a la protección”. Ahora lo demás dependía de los grandes.
Primer mundo: Alun y La igualdad
Carmela solía viajar de un mundo a otro constantemente, y en cada mundo lograba percibir cosas muy distintas. Los niños, niñas, y muchachos más grandes, e incluso los adultos, eran distintos. Carmela llegó por primera vez a Alun; sin embargo, no entendía cómo en este lugar todos podían vivir felices y sin hacerse daño.
Un día conoció a Cachama, una anciana muy sabía y divertida que le explicó el por qué todos lograban vivir alegres en el mismo lugar:
“Hace siglos vino a Alun un poderoso y malvado dragón que pensaba que los de su raza eran los merecedores de este hermoso mundo. Vivió aquí durante años destruyendo todo aquello que fuese distinto, hasta que un día se encontró con un pequeño niño llamado Roimer.
Al principio quiso desaparecerlo, pero Roimer le propuso un trato: ¿Si logro demostrarte que tú también eres distinto a los demás dragones nos dejarás vivir en paz?
El dragón dudó durante unos minutos, finalmente aceptó para no parecer un cobarde. En ese preciso instante, Roimer sacó de su bolsillo un objeto muy brillante, a simple vista parecía transparente como el agua, aunque si lo ponías frente a ti lograbas verte. Roimer lo colocó frente al dragón y éste se paralizó al darse cuenta que su cara, sus patas, sus manos, todo su cuerpo era de color verde, mientras que el resto de sus compañeros eran de color amarillo.
Desde entonces no sólo los dragones pueden vivir con sus diferencias, sino también los niños, niñas y muchachos más grandes. Roimer demostró que todos los niños tienen derecho a vivir en igualdad sin importar su raza, color, idioma, religión, opinión… ”.
Carmela estuvo todo el tiempo atenta a la historia, le pareció interesante y muy buena la idea de que en este mundo se vivera de ese modo. Ahora lo más importante para Carmela es que todos los niños y jóvenes puedan saber esta historia.
Un día conoció a Cachama, una anciana muy sabía y divertida que le explicó el por qué todos lograban vivir alegres en el mismo lugar:
“Hace siglos vino a Alun un poderoso y malvado dragón que pensaba que los de su raza eran los merecedores de este hermoso mundo. Vivió aquí durante años destruyendo todo aquello que fuese distinto, hasta que un día se encontró con un pequeño niño llamado Roimer.
Al principio quiso desaparecerlo, pero Roimer le propuso un trato: ¿Si logro demostrarte que tú también eres distinto a los demás dragones nos dejarás vivir en paz?
El dragón dudó durante unos minutos, finalmente aceptó para no parecer un cobarde. En ese preciso instante, Roimer sacó de su bolsillo un objeto muy brillante, a simple vista parecía transparente como el agua, aunque si lo ponías frente a ti lograbas verte. Roimer lo colocó frente al dragón y éste se paralizó al darse cuenta que su cara, sus patas, sus manos, todo su cuerpo era de color verde, mientras que el resto de sus compañeros eran de color amarillo.
Desde entonces no sólo los dragones pueden vivir con sus diferencias, sino también los niños, niñas y muchachos más grandes. Roimer demostró que todos los niños tienen derecho a vivir en igualdad sin importar su raza, color, idioma, religión, opinión… ”.
Carmela estuvo todo el tiempo atenta a la historia, le pareció interesante y muy buena la idea de que en este mundo se vivera de ese modo. Ahora lo más importante para Carmela es que todos los niños y jóvenes puedan saber esta historia.
Didáctica del Lenguaje: Tercer semestre de Educación Mención Educación en Dificultades de Aprendizaje IUJO
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Espero lo revisen constantemente y puedan incluso comentar, hacer preguntas y sugerencias para enriquecer este espacio que ahora les pertenece.
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